El Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación Fueguina (SUTEF) atraviesa un momento de fuerte desgaste político e institucional por su rol dentro de la Obra Social del Estado Fueguino (OSEF). A pesar de los múltiples cuestionamientos que recaen sobre su representante, el vocal Franco Tomasevich, el gremio docente decidió mantenerlo en funciones y competir nuevamente por la conducción del organismo a través de la lista lila Nº32.
Tomasevich quedó en el centro de la polémica tras revelarse una serie de irregularidades en el manejo interno de OSEF, incluyendo la designación de su pareja, Julieta García —de profesión peluquera—, en el estratégico cargo de Coordinadora Administrativa, con un salario cercano a los 4 millones de pesos mensuales. Desde esa posición, García tuvo a su cargo la compra de medicamentos e insumos médicos, un área históricamente cuestionada por su falta de transparencia.
En las últimas semanas, nuevos documentos internos de la obra social confirmaron que García eximió del pago de coseguros a un grupo de afiliados “seleccionados”, por un monto total superior a $16 millones, generando un perjuicio fiscal directo para la institución. Las investigaciones señalan que los beneficiados pertenecían, en su mayoría, a sectores vinculados al propio SUTEF.
Pese a estos hechos, el gremio docente no impulsó ninguna sanción interna. Por el contrario, ratificó su apoyo a Tomasevich y a la estructura que hoy controla la vocalía por los activos en OSEF. Según fuentes gremiales, durante la última reunión del congreso provincial del SUTEF se resolvió que la continuidad de Tomasevich “no está en discusión” y que su gestión cuenta con “respaldo político”.
La decisión generó malestar entre numerosos afiliados y docentes, que reclaman renovación, transparencia y control sobre el uso de los fondos públicos. Según pudo averiguar El Diario Industrial, la lista opositora con mayores chances de competir por la conducción es la Lista Azul Nº2, integrada por representantes de ATE. Su propuesta pone el foco, según lo explicado por sus candidatos, en modernizar el sistema de compras mediante licitaciones públicas, eliminar los "privilegios" en la asignación de prestaciones y garantizar un funcionamiento más ágil y transparente de la obra social. Las otras listas que se presentan, comparten la crítica a los "manejos" de SUTEF en OSEF y buscan terminar con la hegemonía de ese gremio en la conducción, que "llevó a OSEF al desastre".
Mientras tanto, el clima en OSEF sigue siendo tenso. Los prestadores denuncian retrasos en los pagos, falta de insumos y demoras en cirugías, mientras crece la percepción de que la obra social “funciona para algunos y no para todos”.
Con las elecciones del 7 de noviembre en el horizonte, el SUTEF enfrenta una votación decisiva. La continuidad de su poder dentro de OSEF dependerá de si los afiliados eligen mantener la actual conducción o apostar por una nueva gestión que promete terminar con los favoritismos y devolver la transparencia a la obra social de los trabajadores del Estado.